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Monólogo de Nicodemo

Aquella noche me dijo: “quien no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios”… A lo mejor por eso sólo veo a mis espaldas llanto, muerte y tierra.

Entra algo de brisa y huele bien desde que ellas han abierto los tarros; con cada ademán de quitar las tapas se oye un sollozo. Le querían.

¿Será un charlatán? De serlo, muy bueno, desde luego… “Si os he dicho cosas terrenales y no me creéis ¿cómo ibais a creer si os dijese las celestiales?”. A mis espaldas está quien me lo dijo. Muerto, en el sepulcro que ha cedido José.

No sé qué creer. Pero lo cierto es que mientras me hablo acaricio una sábana que va a taparle y la estoy manchando con lágrimas.

Alejandro Cerezo es Historiador, síguele en Twitter: @_alecerezo